El pasado 20 de septiembre, en la Plaza de Toros de la Ribera logroñesa, se vivió el momento más vibrante de toda la Feria: la actuación de José Antonio Morante de la Puebla.
Fue una tarde contradictoria llena de grandes momentos de toreo con el capote, con la muleta, de entrega incondicional por parte de Miguel Ángel Perera,…
Todo ello empañado por lo que debe ser la base de todo esto: el TORO.
Salió por chiqueros una impresentable corrida de el Vellosino, vergonzosamente desmochada, que en la antigua y añorada plaza de la Manzanera hubiera provocado una de esas monumentales broncas donde el público hacía lo que la autoridad y equipo veterinario no tenían «bemoles» de hacer : echar para atrás muchos toros impresentables estando ya en el ruedo.
¿ Se habrá analizado algún pitón este año ?
Pero el cartel era el que era, y si no es así no vienen.
Cuesta abstraerse de estas cosas pese a que Perera demostrara una actitud encomiable y que Morante bordara el toreo con el capote y la muleta.
Ahí va una tira del de la Puebla del Río.
Arse & Azpi
La gente cada vez sabe mas de toreros y menos de toros…